Antonio Baciero
Pianista, organista y musicólogo

Valladolid, enero 2016


Queridos amigos:
Habiendo oído de la celebración de los diez años de vuestros "Conciertos en la Catedral",
quiero felicitaros en primer lugar por ese impulso nuevo, original y sostenido que habéis sabido dar con la música
al monumental ámbito de nuestra primera basílica. Unido a una sugerente iluminación en el estilo antiguo
- a la luz de las velas - el atractivo de vuestras convocatorias ha dado oportunidad de vivir
junto a la música de órgano una experiencia espiritual y artística de primer orden.
Apoyados por unas proyecciones simultáneas adecuadas, en esas grandes pantallas se han visto temas
como "Las Edades del Hombre", el propio Museo catedralicio y otras iglesias y monumentos,
acercando los diversos temas religiosos a la importante vivencia de un templo
en el que la música debe tener el sitio de honor que le corresponde.

Aparte de vuestras aportaciones a los encuentros con escolares y jóvenes estudiantes,
hemos podido oir en estos conciertos tanto obras fundamentales del repertorio organístico tradicional
- Bach, Mendelssohnn o Franck - como piezas modernas en una variedad de programación abierta también
a colaboraciones con otros solistas instrumentales o vocales, a veces pioneras en transcripciones y modalidades camerísticas,
en ocasiones ciertamente novedosas, siendo para estos colaboradores - algunos muy jóvenes -
oportunidad también de presentarse y experimentar frente a un gran auditorio, un público tan numeroso
como variado en su apreciación entusiasta de vuestros conciertos, ampliada además
a unos discos y videos de espléndida realización profesional.

Mi felicitación no puede ser pues más sincera y admirativa. Habeis conseguido además un número de "fans"
que se desplazan desde lejos para asistir a las tan ambientadas citas con Valladolid y su famosa catedral.
Y sin desdeñar el órgano tradicional, que también habéis incorporado a vuestra benéfica acción,
habéis mostrado a la vez las actuales indudables ventajas que ofrecen los medios tecnológicos de hoy
- muchos de ellos impensables hace pocas décadas - consiguiendo en vuestros conciertos,
apoyados en la espléndida organista y profesional que es Pilar Cabrera, un nivel de éxito, convocatoria y calidad
no sólo encomiable, sino dentro de una envoltura espiritual y artística digna del bellísimo ámbito que los envuelve.
No ya sólo para vuestro público fiel, sino a las disponibilidades artísticas de la ciudad toda,
vuestra aportación ha brindado una valiosa y original oportunidad, renovadora, viva y convincente.

Mi más cordial enhorabuena también al Cabildo catedralicio y a toda la organización.


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